domingo, 12 de mayo de 2013

VUESTRO POST GANADOR


A medida que la pequeña Rosa iba creciendo el jardín se le quedaba pequeño. Tomar la Primera Comunión era algo grande, muy grande, para ella, para toda la familia y para todos los que la habíamos contemplado desde que era un insignificante capullito. Ahora empezaba a erguir su tallo, y con alguna que otra espinita, comenzaba a mostrarnos toda la frescura y color de sus pétalos.

 Un escuadrón iluminó el cielo con grandes lunas colgantes, llenó de blanco el lienzo de las paredes y cubrió con telas los fogones .

Rosa, necesitaba campo, necesitaba verde hierba que inundara su cama, mariposas blancas que volaran por su memoria de niña querida, y flores, muchas flores que la hicieran brillar todavía más.
       Un árbol violeta llenó de recuerdos su huerto …

Y  Dios se encargó de su mejor alimento.

 
 




 

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